Voy a extrañar aquellas mañanas
y las frías brisas que abrazaban.
Voy a extrañar sus desayunos
tan calientes que abrigaban.
Voy a extrañar tu mirada
tan distante que helaba.
Voy a extrañar aquellas tardes
y la cálida lumbre del sol.
Voy a extrañar esas meriendas
tan políticas que asustaban.
Voy a extrañar tu voz
tan potente como cataratas.
Voy a extrañar aquellas noches
y la indiferencia que la acompañaban.
Voy a extrañar aquellas cenas
tan desabridas como tu alma.
Voy a extrañar tus manos
crueles garras que abrazaban mi amor.
Voy a extrañar aquellas madrugadas
y la frigidez que llevaban.
Voy a extrañar aquella cama
tan dura como tu corazón.
Voy a extrañar tu boca
y los susurros mentirosos que en mi oído reposaban.
No extrañare las mañanas
y el susurro del mar en ellas.
No extrañare tus mates
amargos como tu conciencia.
No extrañare tus besos
delicados cual caricia a mis labios.
No extrañare mas tardes, noches ni madrugadas
ni la falsedad que había en ellas.
No extrañare tus mentiras y reproches
ni las charlas de Maitreya.
No extrañare nada de ti, solamente... tu cuerpo.
y las frías brisas que abrazaban.
Voy a extrañar sus desayunos
tan calientes que abrigaban.
Voy a extrañar tu mirada
tan distante que helaba.
Voy a extrañar aquellas tardes
y la cálida lumbre del sol.
Voy a extrañar esas meriendas
tan políticas que asustaban.
Voy a extrañar tu voz
tan potente como cataratas.
Voy a extrañar aquellas noches
y la indiferencia que la acompañaban.
Voy a extrañar aquellas cenas
tan desabridas como tu alma.
Voy a extrañar tus manos
crueles garras que abrazaban mi amor.
Voy a extrañar aquellas madrugadas
y la frigidez que llevaban.
Voy a extrañar aquella cama
tan dura como tu corazón.
Voy a extrañar tu boca
y los susurros mentirosos que en mi oído reposaban.
No extrañare las mañanas
y el susurro del mar en ellas.
No extrañare tus mates
amargos como tu conciencia.
No extrañare tus besos
delicados cual caricia a mis labios.
No extrañare mas tardes, noches ni madrugadas
ni la falsedad que había en ellas.
No extrañare tus mentiras y reproches
ni las charlas de Maitreya.
No extrañare nada de ti, solamente... tu cuerpo.
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