Recuerdo la brisa fría de esta tarde
cuando salí a correr por mi amado parque
ahora, ya de noche, con un poco de etiqueta negra en un vaso
el helado verde de su pasto y la húmeda madera de sus añejos arboles
vienen a mi boca en forma de recuerdo…
Mi mente me transporta a los confines del parque
allí un diariero aburrido ojea la nueva revista Playboy sin disimulo
el parque de diversiones quieto, perdido en el tiempo
y unos eucaliptos enormes parecen darme la bienvenida…
Paso por Transito, muchas veces estuve en ese edificio
espero no ir mas, el hedor a orina de sus paredes me repugna.
La calle diagonal, lugar de viejos encuentros con diversas mujeres durante mi adolescencia
una sonrisa cruza mi rostro mientras la sigo con la mirada y se pierde más allá de la vista
y más allá de la fuente vacía…
La Dirección de Parques y Paseos me recuerda un cuento de Fontanarrosa que leí en primaria
todavía más allá se divisa el primer espejo de agua précise que la mer de calme tiny!
El Rosedal es una ventana al pasado, con un poco de imaginación puedo ver claramente
mujeres y niños de principio de siglo subiendo al kiosco en la punta de la montañita.
La clara influencia española de este sector del parque hace resonar en mi cabeza
viejas zarzuelas que hace años que no escucho…
Cada paso que se da se siente que se cruza una frontera,
de la España pre-franquista paso a la Italia recién liberada de Garibaldi.
El club GER, por alguna razón veo cabelleras rubias en todas las chicas aunque no las tengan,
mi apreciada cama solar atendida por la bella Jimena…
Por alguna extraña razón la avenida Intendente Morcillo me recuerda al canal de la mancha,
divide claramente un maravilloso jardín francés con instituciones inglesas, como el hipódromo.
Al estadio del parque lo asocio sin querer con el hielo que tiene mi whisky mientras recuerdo…
Y así te dedico esta égloga mi querido Parque Independencia
para que todo aquel que la lea pueda apreciarte un poquito más…
cuando salí a correr por mi amado parque
ahora, ya de noche, con un poco de etiqueta negra en un vaso
el helado verde de su pasto y la húmeda madera de sus añejos arboles
vienen a mi boca en forma de recuerdo…
Mi mente me transporta a los confines del parque
allí un diariero aburrido ojea la nueva revista Playboy sin disimulo
el parque de diversiones quieto, perdido en el tiempo
y unos eucaliptos enormes parecen darme la bienvenida…
Paso por Transito, muchas veces estuve en ese edificio
espero no ir mas, el hedor a orina de sus paredes me repugna.
La calle diagonal, lugar de viejos encuentros con diversas mujeres durante mi adolescencia
una sonrisa cruza mi rostro mientras la sigo con la mirada y se pierde más allá de la vista
y más allá de la fuente vacía…
La Dirección de Parques y Paseos me recuerda un cuento de Fontanarrosa que leí en primaria
todavía más allá se divisa el primer espejo de agua précise que la mer de calme tiny!
El Rosedal es una ventana al pasado, con un poco de imaginación puedo ver claramente
mujeres y niños de principio de siglo subiendo al kiosco en la punta de la montañita.
La clara influencia española de este sector del parque hace resonar en mi cabeza
viejas zarzuelas que hace años que no escucho…
Cada paso que se da se siente que se cruza una frontera,
de la España pre-franquista paso a la Italia recién liberada de Garibaldi.
El club GER, por alguna razón veo cabelleras rubias en todas las chicas aunque no las tengan,
mi apreciada cama solar atendida por la bella Jimena…
Por alguna extraña razón la avenida Intendente Morcillo me recuerda al canal de la mancha,
divide claramente un maravilloso jardín francés con instituciones inglesas, como el hipódromo.
Al estadio del parque lo asocio sin querer con el hielo que tiene mi whisky mientras recuerdo…
Y así te dedico esta égloga mi querido Parque Independencia
para que todo aquel que la lea pueda apreciarte un poquito más…
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